Clasificación de los dinosaurios

Los científicos clasifican a los dinosaurios en dos grandes grupos, atendiendo a la estructura de los huesos de la cadera: los saurisquios, cuya cadera es similar a la de los lagartos, y los ornitisquios, de cadera similar a la de los pájaros. Aunque no hay acuerdo unánime acerca de su origen, se cree que ambos derivan de un mismo grupo de reptiles primitivos, los tecodontes, del cual provienen también los actuales cocodrilos, los reptiles voladores y las aves.

Ornitisquios

Los dinosaurios del orden de los ornitisquios poseían una pelvis similar a la de las aves modernas, con una disposición rectangular. El pubis estaba rotado y apuntaba hacia atrás, en paralelo con el hueso isquion y por debajo de él. Además, exceptuando las especies más primitivas, todos los ornitisquios tenían una boca no dentada cubierta por un pico córneo. Curiosamente, las aves no derivan de este grupo de dinosaurios, sino del de los saurisquios. Esto implica que la disposición rectangular de la cadera surge independientemente en el curso de la evolución tanto de las aves como de los ornitisquios, en un claro ejemplo de evolución convergente (características semejantes que surgen en especies evolutivamente muy lejanas porque brindan a su poseedor grandes ventajas adaptativas al entorno en que vive).

Huesos de la pelvis de un dinosaurio del orden de los ornitisquios

Los ornitisquios se dividen en cuatro subórdenes: ornitópodos, estegosaurios, anquilosaurios y ceratosaurios, siendo los primeros bípedos y los tres últimos, cuadrúpedos.

Ornitópodos

Los ornitópodos constituyeron el grupo más abundante al final del período cretácico. Aunque eran bípedos, podían adoptar una posición cuadrúpeda. Su dentadura estaba hecha para rasgar y romper material vegetal y se componía de cientos de dientes compactos, evidencia de que ingerían grandes volúmenes de comida. Un típico dinosaurio perteneciente a este grupo es el iguanodonte, de 4 a 5 m de altura, cuyas huellas semejaban las de un avestruz.

Ornitópodo: iguanodonte

Estegosaurios

Los estegosaurios, como el resto de los ornitisquios, eran herbívoros, de cabeza y dientes muy pequeños. Tenían el cerebro del tamaño de una nuez, si bien podían pesar hasta 2 t. Su rasgo distintivo consistía en dos filas de placas óseas eréctiles alternadas a lo largo de su espalda y su cola, cuya función es aún hoy muy discutida. Se encontraron evidencias de que dichas placas estaban vascularizadas y podrían haber servido para regular la temperatura del animal, al permitir un intercambio rápido de calor con el medio; también se postula que les pudieron haber servido como defensa. Un típico ejemplar perteneciente a este grupo es el que lleva el mismo nombre, estegosaurio.

Estegosaurio: estegosaurio

Anquilosaurios

Los anquilosaurios eran animales bajos y de patas cortas y fuertes. Tenían una suerte de armadura rígida y resistente de placas óseas que cubría sus patas y su espalda. Un ejemplar conocido de este grupo es el también llamado anquilosaurio, cuya cola, gruesa y robusta, terminaba en forma de mazo óseo y podía tener un efecto mortífero sobre sus posibles atacantes.

Anquilosaurio: anquilosaurio

Ceratosaurios

Los ceratosaurios fueron los dinosaurios de aparición más tardía, en el período cretácico superior. Tenían cuernos y cabeza grandes, y mandíbulas con un pico en su parte delantera que cubría una serie de dientes cortadores. Su cuerpo estaba cubierto por una piel correosa. Uno de los miembros más conocidos de este grupo (y uno de los últimos dinosaurios en desaparecer) es el triceratops, con un cuerno semejante al de un rinoceronte actual y un reborde óseo que se proyectaba por detrás del cráneo y colgaba sobre la nuca.

Ceratosaurio: triceratops

Saurisquios

La pelvis de los saurisquios tenía una disposición trirradiada, como los modernos cocodrilos. El pubis apuntaba hacia adelante formando un ángulo con el isquion, que se orientaba hacia atrás. Los saurisquios se dividían a su vez en dos subórdenes: los terópodos, carnívoros, y los saurópodos, grandes herbívoros, ambos muy diferentes y, probablemente, distantes entre sí en el proceso evolutivo.

Huesos de la pelvis de un dinosaurio del orden de los saurisquios

Terópodos

Los terópodos eran bípedos obligados: no podían adoptar una postura a cuatro patas. Sus patas traseras eran fuertes, indicadoras en muchos casos de que podían alcanzar una gran velocidad. Las patas delanteras tenían afiladas garras para atrapar la presa e impedir que se les escapara, aunque eran demasiado cortas como para llegar a la boca. Sus largas colas les permitían estabilizar la posición bípeda.

Terópodo: tiranosaurio rex

De cabeza grande, en comparación con la de otros dinosaurios, tenían mandíbulas con dientes agudos orientados hacia el interior de la boca, una clara evidencia de que su alimentación era carnívora. Es probable que el mayor tamaño relativo de su cerebro, respecto de otros grupos de dinosaurios, guardara relación con el desarrollo de habilidades imprescindibles para la caza. Este grupo abarcaba desde los dinosaurios de formas pequeñas y de movimientos muy rápidos, como los ovirraptores, de 2 m de largo y un peso de 25 a 30 kg, hasta los mayores predadores carnívoros terrestres que hayan existido, como el tiranosaurio, de 15 m de largo y 6 de alto, un cráneo macizo de 1 m de longitud, y un peso de 5 a 6 t.

Saurópodos

El grupo de los saurópodos incluye los dinosaurios herbívoros de mayor tamaño conocidos. Los ejemplares más pequeños eran más grandes que los elefantes actuales. Todos los saurópodos tenían la misma estructura corporal básica: cuerpo grande, patas cortas y columnares, largas y pesadas colas y una pequeña cabeza al final de un cuello muy largo (el diplodocus, por ejemplo, medía 26 m de largo, y su cabeza tan sólo 60 cm). Se les considera animales semi-acuáticos, hipótesis basada en que los huesos de sus patas no eran suficientemente fuertes como para sostener un cuerpo tan pesado sin la ayuda del agua; de acuerdo con esta teoría, aún hoy discutida, el largo cuello permitiría al animal alcanzar la superficie en busca de aire. Sin embargo, se han encontrado huellas de saurópodos que evidencian que algunos de estos dinosaurios migraban por tierra firme; en este caso, la función del cuello sería la de alcanzar las hojas de los árboles altos. Se cree que no masticaban la comida con los dientes, sino que la tragaban directamente, y que la digestión se producía en sus estómagos ayudada por piedras que ingerían junto con los vegetales.

Saurópodo: apatosaurio

Además del diplodocus, otros miembros del grupo de los saurópodos son el apatosaurio (conocido también como brontosaurio), el braquiosaurio y el argentinosaurio. Este último fue hallado en la Argentina en el año 1993 y, con cerca de 50 m de longitud, es el dinosaurio más grande que se conoce.

Saurópodo: argentinosaurio

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